Un mes de Gracia
Octubre es un mes donde se abren las puertas de la gracia de Dios en nuestro Santuario.
La parroquia.
Comenzamos el mes haciendo memoria que el 7 de octubre de 1930, el entonces Arzobispo de Buenos Aires, Fray José María Bottaro daba entidad jurídica a la nueva parroquia de Santa Rita de Casia, en el barrio del mismo nombre.
Hasta una semana antes de su creación, la parroquia estaría confiada a Santo Tomás de Aquino; sin embargo, la devoción a Santa Rita traída y cuidada en ese pueblo de inmigrantes con sus hijos fue más fuerte y logró imponerse. Por eso decimos que antes de la creación de la parroquia ya existía el Santuario.
Este año, la parroquia festeja sus 94 años; el Santuario tiene muchos más.
Una primera capilla, mucha misión barrial, un gran templo una década después, miles y miles de peregrinos provenientes de todo el país, una comunidad religiosa misionera que le dio identidad al servicio pastoral y muchísimos -realmente muchos- creyentes que con su presencia y servicio le pusieron “carne” al Santuario de Santa Rita en Buenos Aires.
La Virgen de la Gracia.
En el Santuario veneramos a María con el título de la Virgen de la Gracia. Originalmente, cuando la parroquia fue erigida, los Oblatos habían colocado una imagen de la Virgen de Fátima, que actualmente se encuentra en la capilla de las hermanas Doroteas.
La imagen de Nuestra Señora de la Gracia llegó a nuestro santuario por un sueño que tuviera el Sr. Francisco Iorii, originario de Pizzoni, Italia, allá por el año 1951. La Virgen le pedía que “le rindieran honor aquí en la Argentina y que los pizzoneses se unieran”
Pronto se reunió con algunos paisanos que vivían en el barrio y se organizaron para formar una comisión. Entre ellos estaban los hermanos Donato, Mesiano, los hermanos Arena, Nesci. Recorrieron casa por casa invitando a los pizzoneses para unirse a ellos y colaborar con dinero para encargarle a un escultor que hiciera una réplica de la imagen que se veneraba en Pizzoni, en su amada Calabria.
En 1952 ya se había constituido la primera comisión directiva de la Unione Cattolica Pizzonese y encargaron al escultor Pool que realizara la imagen.
¿De qué es patrona esta advocación?
Para entender su misión es necesario decir que, esta imagen, es una advocación muy venerada por toda la Iglesia, pero más específicamente en Italia.
Su nombre proviene de una de las misiones que tuvo María dentro de la historia de la salvación: amamantar al Señor Jesús.
Alrededor del siglo XI, en la Grecia cristiana, los creyentes veneraban un icono que representaba a la Virgen dando el pecho a Jesús, bajo el título de Galactótrofusa: «aquella que amamanta con su leche a Aquel que es la fuente de la Gracia»
Con las diferentes migraciones del Imperio Bizantino a la península itálica, llegó también este culto a la Madre de Dios, con ese nombre y se esparció por toda Italia y otros países. Con el paso de los años, con los diferentes movimientos artísticos y la preferencia occidental, se comenzaron a hacer imágenes de madera policromada con volumen. Poco a poco el nombre fue cambiado -por una cuestión de economía de lenguaje- a Madonna della Grazia o, como la conocemos en castellano, Nuestra Señora de la Gracia.
Obviamente, cada pueblo o ciudad que la venera, la eligió como patrona de alguna necesidad. Nosotros, en el Santuario, la invocamos como la Madre que nos lleva siempre a su Hijo Jesús, pero especialmente como protectora de las mujeres que están amamantando a un hijo y de las mujeres que están haciendo tratamientos contra el cáncer de mamas.
A ella que fue quien amamantó al Hijo de Dios, que lo protegió y cuidó hasta el momento doloroso de su muerte en la cruz le encomendamos a todas las mujeres qu están amamantando y a todas aquellas que están haciendo tratamientos oncológicos por causa del cáncer de mama.
Aprovechemos y renovemos nuestro amor de hijos hacia María, la Madre que nos agarra de la mano y nos lleva a su Hijo Jesús.