El cese de la violencia
Ultima entrega antes de la Semana Santa
Desde el Santuario, para que podamos estar unidos en la oración en nuestros hogares, te compartimos la palabra del Señor del viernes 3 de abril.
Para que puedas seguirla en tu biblia, corresponde al evangelio de Juan, capítulo 10, de los versículos 31 al 42
Y dice así:
Los judíos tomaron piedras para apedrearlo.
Entonces Jesús dijo: «Les hice ver muchas obras buenas que vienen del Padre; ¿Por cuál de ellas me quieren apedrear?».
Los judíos le respondieron: «No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino porque blasfemas, ya que, siendo hombre, te haces Dios».
Jesús les respondió: «¿No está escrito en la Ley: Yo dije: Ustedes son dioses?
Si la Ley llama dioses a los que Dios dirigió su Palabra -y la Escritura no puede ser anulada-
¿Cómo dicen: ‘Tú blasfemas’, a quien el Padre santificó y envió al mundo, porque dijo: «Yo soy Hijo de Dios»?
Si no hago las obras de mi Padre, no me crean;
pero si las hago, crean en las obras, aunque no me crean a mí. Así reconocerán y sabrán que el Padre está en mí y yo en el Padre».
Ellos intentaron nuevamente detenerlo, pero él se les escapó de las manos.
Jesús volvió a ir al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había bautizado, y se quedó allí.
Muchos fueron a verlo, y la gente decía: «Juan no ha hecho ningún signo, pero todo lo que dijo de este hombre era verdad».
Y en ese lugar muchos creyeron en él.
Y esta es la palabra del Señor
¿Recordás cómo se inició la semana?
Un grupo de hombres llevaron a una mujer con la intención de apedrearla delante de Jesús.
Jesús se interpuso, ellos detuvieron su violencia… pero se reservaron las piedras para otro momento.
El otro momento es el que nos cuenta el evangelio hoy.
Porque las piedras, en realidad, iban dirigidas a Jesús.
O, dicho de otra manera, Jesús se hace cargo de la violencia y ocupa el lugar del culpable y del condenado.
Así es el Señor Jesús: no toma distancia de sus hermanos, sino que está íntimamente unido a ellos.
Incluso en momentos en que sus hermanos y hermanas están siendo acusados o condenados, él sigue allí presente junto a ellos.
El Señor está siempre del lado de las víctimas.
Se ha hecho solidario para siempre con todos sufrientes de este mundo.
Sólo pide una cosa: que le creamos.
Que quienes se dejaron coptar por las variadas formas de oscuridad que ofrece este mundo simplemente la abandonen, regresen al Señor y le crean.
Tal vez sea ese el mayor signo o milagro: el cese de todas las violencias y un mayor espacio al amor.
2 comentarios en «El cese de la violencia»
Señor Jesús hoy tampoco te alejas de nosotros , estás cómo siempre sereno esperándonos , siendo compasivo con cada uno , en la espera de ir a tus brazos.
Señor Jesús ♥️que podamos redescubrirte ,creando nuebos espacios para reconstruir y fortalecer nuestros vínculos como hermanos💞🙏🏼
Una vez más, otra vez, como siempre, Jesús pelea con nosotros, por nosotros, ….y está y se da. Sin violencias…. sin reproches… con una entrega total que le viene del Padre.
Dónde estoy yo en esta situación?
Tengo también piedras en mis manos?
O, por el contrario , soy otra Marta que lo escucha?
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