El testimonio y la fe
Desde el Santuario, para que podamos estar unidos en la oración en nuestros hogares, te compartimos la palabra del Señor correspondiente al jueves 26 de marzo.
Para que puedas seguirla en tu biblia, corresponde al evangelio de Juan, capítulo 5, de los versículos 31 al 47.
Y dice así:
Jesús dijo a los judíos:
Si yo diera testimonio de mí mismo, mi testimonio no valdría.
Pero hay otro que da testimonio de mí, y yo sé que ese testimonio es verdadero.
Ustedes mismos mandaron preguntar a Juan, y él ha dado testimonio de la verdad.
No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para la salvación de ustedes.
Juan era la lámpara que arde y resplandece, y ustedes han querido gozar un instante de su luz.
Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: son las obras que el Padre me encargó llevar a cabo. Estas obras que yo realizo atestiguan que mi Padre me ha enviado.
Y el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Ustedes nunca han escuchado su voz ni han visto su rostro,
y su palabra no permanece en ustedes, porque no creen al que él envió.
Ustedes examinan las Escrituras, porque en ellas piensan encontrar Vida eterna: ellas dan testimonio de mí,
y sin embargo, ustedes no quieren venir a mí para tener Vida.
Mi gloria no viene de los hombres.
Además, yo los conozco: el amor de Dios no está en ustedes.
He venido en nombre de mi Padre y ustedes no me reciben, pero si otro viene en su propio nombre, a ese sí lo van a recibir.
¿Cómo es posible que crean, ustedes que se glorifican unos a otros y no se preocupan por la gloria que sólo viene de Dios?
No piensen que soy yo el que los acusaré ante el Padre; el que los acusará será Moisés, en el que ustedes han puesto su esperanza.
Si creyeran en Moisés, también creerían en mí, porque él ha escrito acerca de mí.
Pero si no creen lo que él ha escrito, ¿cómo creerán lo que yo les digo?».
Esta es la palabra del Señor.
La palabra nos va introduciendo progresivamente en el drama de la Pasión del Señor Jesús. Y desde el evangelio lo contemplamos dando razones ante quienes lo acusan sin motivos o ya de antemano tienen decidida su condena.
Pongamos la mirada en dos palabras: testimonio y creer. El testimonio y la fe.
Jesús sale a nuestro encuentro con un “pan bajo el brazo” que es el envío de su Padre.
El no hace nada por sí mismo, sino que es Enviado de su Padre.
El Padre es quien lo sostiene, lo envía y da testimonio de él.
Por eso, recibir al Señor Jesús es entrar en comunión con su Padre.
Aquí, nosotros nos hacemos una pregunta simple: ¿Cómo vivo mi paso por este mundo? ¿Como quien se corta solo y se desentiende de sus orígenes y vínculos? ¿O, por el contrario, percibo que toda mi existencia es el don de Dios para esta humanidad y para este presente?
Sin embargo, toda esa bendición que viene del Señor puede pasar sin tocarnos ni transformarnos.
Por eso, Jesús nos pide que creamos. Que le creamos.
Tener fe no consiste en saber algo o mucho de Dios.
Es apoyarnos en él, descansar en él, confiar.
El creyente no tiene todo resuelto, se quiebra con el dolor o en la enfermedad, conoce el sabor amargo de la angustia y la decepción.
Pero se sabe en las manos de quien lo ama: el Señor de la historia; no finge seguridad, sino que vive entregado y sereno.
¿Y vos? ¿Cómo está tu fe? ¿En quién estás confiando realmente?
4 comentarios en «El testimonio y la fe»
Señor Jesús,hoy nos das una nueva oportunidad como lo haces siempre!
Señor Jesús ♥️que estás entre nosotros, podamos descubrirte un poco más en este tiempo de encierro, angustia, incertidumbre , dolor y sufrimientos, miedos y repensar nuestra vida,nuestros vínculos contigo y con mis hermanos y,poder sentir por dónde va el Amor incondicional que tú nos regala💞🙏🏼
«El amor de Dios no está en Ustedes…».
Es fuerte lo que decís JESÚS!
Decime: si Vos sos el rostro visible y el amor personificado del PADRE, si vos te identificás con el hambriento, con el enfermo, con el desalentado , ect. ¿ cómo podés decir de no estar presente en nosotros que somos todo eso y mucho más? Todos necesitados de tu AMOR.
Yo confío en Vos. Me abandono en Vos. He experimentado tu DON, siento que el Padre te envió a mí para humanizarme y hacerme gozar el ser hija, a veces rebelde, pero siempre muy amada.
Sostenme, Señor! Hazme testigo de lo que obrás en mí y conmigo, para que otros experimenten lo lindo que es vivir como hijos en comunión con su Padre.
El, Hombre Superior, sigue mostrando el Camino. Espero no parpadear mientras camino: puedo desviarme y caer en el Precipicio. Y también espero que, si esto sucede, recordar cada palabra, tomar esa energía y regresar al Camino.
Jesús…aumenta mi fe y mi confianza en Vos. Estoy aquí… como el ciego que te esperaba… como la mujer que tocó un borde de tu túnica….
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